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Una Ojeada a la Educación Matemática
(Escrito en Septiembre de 1997)
Patricia Baggett
Box 30001, Dept. 3MB
Department of Mathematical Sciences
New Mexico State University
Las Cruces, NM 88003-8001
baggett@nmsu.edu
Andrzej Ehrenfeucht
Computer Science Department
Box 430
University of Colorado
Boulder, CO 80309-0439
andrzej@cs.colorado.edu


Abstracto

Durante los últimos 200 años las matemáticas han sufrido una transformación radical. Sin embargo, el contenido de las matemáticas que se enseñan en los grados elementales ha permanecido virtuálmente intacto, causando una gran discrepancia entre las matemáticas académicas y las de la vida diaria

1. Educación matemática en los años tempranos, 1800-2000.

Muchos de los libros de matemáticas usados con propósitos educativos comenzaron a hacer su aparición en los Estados Unidos de América, alrededor de 1800 (Sterry, 1790; Pike, 1806; Adams, 1808; Daboll, 1812; Hawney, 1813).  Dichos libros contenían el material matemático usado en la educación aritmética vocacional del siglo dieciocho, fundamentálmente usada por mercaderes, tenderos, artistas y artesanos.

El contenido de tales libros se hallaba basado en diversos conceptos de los números: números enteros, fracciones comunes enseñadas como partes de un (fracturado) todo, fracciones decimales y una variedad de números compuestos y denominadores. Los propósitos principales eran los de desarrollar destreza en la ejecución de algoritmos escritos, así como la enseñanza de diversas aplicaciones. Así, esos libros estaban dirigidos a maestros/as y la mayor parte de aprendizaje ocurría durante un entrenamiento, cuando una persona estaba aprendiendo uns profesión.

Los aspectos deductivos de las matemáticas se hallaban ausentes. La aritmética mental, con excepción de la memorización de tablas, era prácticamente nula. Durante ese tiempo, ni en Europa ni en las Américas se usaba el cáculo con los dedos ó con el ábaco. Iguálmente, la regla deslizante, comúnmente utilizada por artistas y artesanos, era ráramente descrita de forma impresa, y ésta nunca se convirtió en una herramienta a utilizar en los grados elementales. Por lo tanto, aritmética significaba la ejecución con papel y lápiz (ó tabla y pizarra) de unos pocos y selectos algoritmos.

Como componente de la educación escolar, la aritmética carecía de aplicaciones directas, porque no preparaba a los estudiantes para ninguna profesión específica. Por otro lado, existía un movimiento inclinado a enseñar aritmética a niños muy jóvenes y carentes de una educación básica. Para enseñar a tales niños se necesitaban ciertos ajustes, y éstos vinieron a través de las sugerencias del educador suizo Johann Pestalozzi (1746-1827), más tarde popularizadas en los Estados Unidos de América por Warren Colburn (1793-1833). Básicamente, éstas consistían en la explicación de los significados de operaciones matemáticas en términos de manipulación de objetos físicos, así como del creciente papel que desempeñaba el contar, extendiendo el aprendizaje a lo largo de varios años, progresando, léntamente, hacia ejemplos de mayor complejidad (e.g., ver Colburn, 1826). Todo ésto condujo al reconocimiento oficial del “modelo espiral de enseñanza” prevalente hoy en día.

Comparado a casi cualquier otro terreno de aprendizaje, la aritmética elemental estaba dominada por simple repetición, y de aquí que hubo muchos intentos de justificar su existencia. Parece ser que, sólo por un breve período de tiempo, durante el desarrollo de una clase trabajadora de “cuello blanco,” alrededor de fines del siglo diecinueve, las artes de las cifras y la caligrafía eran cualificaciones suficientes para obtener un trabajo bien remunerado. La principal justificación para aprender matemáticas, la cual es aún muy común hoy en día, era que el aprendizaje de cualquier tipo de matemática, incluso el más absurdo y carente de sentido, desarrolla la habilidad mental del niño/a. Por lo tanto, incluso si te aburren y no te gustan, ¡éstas son buenas para ti!

Un intento para hacer las matemáticas más interesantes comenzó temprano, y nunca ha sido parado, aunque su éxito haya sido minima. Éste ha consistido en incluir interesantes ilustraciones, actividades y juegos, que se consideraba harían el aprendizaje casual y atractivo. En los años sesenta, se desarrolló una nueva idea: Ésta intentaba hacer el aprendizaje aritmético “divertido.” Entre otras cosas, ésto condujo a un notable incremento en el número de páginas en los libros de texto, sin que se incrementase el contenido matemático, pero con la inclusión de un vasto número de material irrelevante. (Para un análisis reciente ver Meyer, Sims y Tajika (1995).)

Han habido varios intentos más de revisar el material curricular matemático. La mayor parte de ellos se han dirigido, básicamente, a los grados superiores, mientras que su influencia práctica en las escuelas elementales ha sido mímina. El más serio de tales intentos, el cual se halla en boga actuálmente, fue iniciado por el National Council of Teachers of Mathematics (1989). Éste establece que se han de desenfatizar las habilidades artiméticas, mientras que, en su lugar, los niños/as han de aprender “métodos generales para la solución de problemas,” los cuales son suficientes en una sociedad tecnológicamente avanzada. Tal aproche pedagógico está hallando una creciente oposición por parte de los “tradicionalistas” quienes desean una “vuelta a lo básico.” “Vuelta a lo básico” que reálmente significa “vuelta a los métodos y al contenido enseñado durante el siglo veinte, durante el período de entre las décadas de los treinta a los cuarenta” (Hirsch, 1993; 1996).

2. Cambios en la aritmética entre los años 1800 y 2000.

Han habido tres cambios radicales que han modificado nuestra visión de los sistemas numéricos, tanto desde un punto de vista teórico como práctico, los cuales han cambiado el uso de la aritmética en la industria, las finanzas, la ciencia y la sociedad en general. Éstos son: (a) la unificación de los sistemas aritméticos, (b) la algebratización, y (c) la automatización de los algoritmos aritméticos.

(a) Unificación de sistemas aritméticos.

Hoy en día, una variedad de números se hallan al cobijo del paraguas que abarca el concepto de los números reales. Los números reales incluyen los números negativos, los irracionales y los transcendentes. Éstos fueros anteriórmente tratados como diferentes “cantidades” que se estudiaban en álgebra. La teoría de los números reales provee de una base consistente y uniforme para todos los cálculos financieros, técnicos y científicos. Iguálmente, esta unificación provee de una base para muchas otras teorías matemáticas con importantes aplicaciones, tales como, por ejemplo, el cálculo, la teoría de las probabilidades y la estadística. En algunas aplicaciones más avanzadas (tales como la física), el sistema de los números reales se extiende incluso más allá, abarcando las artiméticas de los números complejos y de las matrices.

(b) Algebratización de la aritmética.

La introducción de la álgebra moderna (e.g., Birkhoff, MacLane, 1979), y la axiomatización de muchos aspectos importantes de las matemáticas (Hilbert, 1956; Hilbert & Ackermann, 1946), rompieron la barrera existente entre el álgebra y la aritmética. La aserción de que “En aritmética, realizamos los cálculos numéricos con números, pero en álgebra usamos letras,” carece de valor en la actualidad. Las variables, a las que se denominaba como “letras” anteriórmente, y a las que con frecuencia aún se califica como “incógnitas” forman, en el presente, una parte integral de la aritmética, estas juegan un papel crucial, tanto en el estudio del sistema de los números reales, como en el diseño y ejecución de algoritmos numéricos.

(c) Automatización de los algoritmos aritméticos.

Durante la segunda mitad del siglo veinte, los cálculos aritméticos, y, más generálmente, el procesamiento de otros datos se automatizó. Para tener una idea más clara de la magnitud de este cambio, recordemos que un ordenador común realiza operaciones aritméticas 100.000.000 veces más rápido que el más ágil cerebro humano. Además, el ordenador no comete errores y no se cansa. Dicha “revolución” en el procesamiento informático tiene dos fuentes. La primera se halla en la moderna introspección en la estructura de los algoritmos en general. Una nueva teoría matématica, la teoría de los algoritmos (Knuth (1973), Cormen, Leiserson, & Rivest (1990)), se aproxima en importancia práctica a la de la aritmética, la geometría, el cáculo y la estadística. La segunda fuente es la tecnología, la cual ha producido herramientas baratas y convenientes que permiten la ejecución de algoritmos.

De hecho, esta automatización ha incrementado el papel desempeñado por la aritmética. Hay muchos problemas que, aunque se pueden resolver mediante métodos matemáticos, requieren miles, ó incluso millones, de operaciones aritméticas. Tales problemas, los cuales se hallaba fuera de alcance hace cien años, resultan ahora fáciles de resolver. De igual modo, el papel de la persona que realiza cálculos aritméticos, es bien distinta hoy en día. En tiempos pasados, la tarea más importante era la de calcular. Sin embargo hoy en día, debido a la automatización de las calculaciones, la tarea fundamental es la de la programación.

3. Las matemáticas diarias en contraste con las matemáticas escolares.

Generálmente, hay un largo lapso de tiempo entre los hallazgos de la investigación en matemáticas, y cuando éstos pasan a formar parte de la vida diaria. Ello ocurre porque las prácticas matemáticas de la vida diaria poseen una fuerte inercia, lo que hace lento su reemplazamiento con ideas más modernas. Si bien ha habido una excepción a ésto: la automatización del procesamiento de datos no se hizo común hasta los años cincuenta del siglo veinte, si bien hoy resulta difícil hallar algún dominio de la ciencia, de los negocios, o incluso de la política, que no haya sido profúndamente influenciado por los ordenadores. 

Porque la automatización se basó en la presente concepción de la aritmética (moderna, unificada), la visión actual de la aritmética ha pasado también a formar parte de las matemáticas de la vida diaria usada en los bancos, las fábricas, los negocios, la ingeniería, etc. Tal cambio obviámente no produjo un incremento en el conocimiento matemático de la “persona de la calle.” Los escáneres, las hojas de datos tabulados, y los programas informáticos diseñados por expertos, pueden procesar datos sin ayuda humana, al tiempo que, el uso de tal tecnología no requiere más que el seguir instrucciones de naturaleza sencilla.

Por otro lado, las matemáticas de la escuela elemental se basan en conceptos que eran usados hace más de 300 años. Durante este tiempo, tales conceptos han cambiado, o han sido reemplezados por otros más adecuados.

Durante los últimos doscientos años, los conceptos pedagógicos acerca de cómo enseñar matemáticas han sufrido múltiples cambios, mientras que éstos fueron---y son---fuente de numerosas controversias. Sin embargo, todavía enseñamos los números enteros, fracciones como partes de un todo, y fracciones decimales, como si se tratara de tres tópicos distintos. Confundimos a los niños con inconsistencia de nuestras aserciones. Los números negativos,junto con los irracionales y las variables, forman todavía parte del álgebra (y no de las matemáticas de la escuela elemental), mientras que los algoritmos aún significan la ejecución, a papel y lápiz, de las cuatro operaciones básicas.

Las partes de la comunidad educativa envueltas en la controversia entre las normas del NCTM y del Conocimiento Básico (Hirsch, 1993, 1996), al igual que otros aproches de “vuelta a lo básico” parecen perder de vista un punto clave. Los estudiantes necesitan un conocimiento adecuado para poder usar la sofisticada tecnología que hoy se halla, por un mínimo coste, al alcance de cualquiera. Aquellos que proponen las Normas no entienden que se trata de un conocimiento aritmético muy específico, basado en la aritmética moderna de los números reales y el concepto moderno de los algoritmos, y no en una vaga “facultad para solucionar problemas generales”. Los proponentes del Conocimiento Básico no se dan cuenta de que la práctica obsoleta de cálculos con papel y lápiz no le preparan a uno para la nueva tecnología de los ordenadores más que el montar a caballo le enseña a uno a pilotar un avión.

4. Nota Final.

Quedan sólo unos pocos años hasta el año 2000. Nadie espera más cambios en el desarrollo teórico de la aritmética. Probáblemente la tecnología seguirá su curso en la dirección determinada durantes las pasadas décadas. ¿Hay alguna esperanza de que la educación matemática despertará de sus doscientos años de letargo?

Referencias

Adams, Daniel. The Scholar's Arithmetic, or Federal Accountant. Fifth Edition. Keene, N.H: John Prentiss, 1808.

Birkhoff, Garrett, & MacLane, Saunders. Algebra (2d ed.). New York: Macmillan, 1979.

Colburn, Warren. Intellectual Arithmetic. Boston: W. J. Reynolds, 1826.

Cormen, T. H., Leiserson, R. L., & Rivest, R. R. Introduction to Algorithms. Cambridge, Mass. : MIT Press; New York : McGraw-Hill, 1990.

Daboll, Nathan. Daboll's Schoolmaster's Assistant. New-London, CT: Samuel Green, 1812.

Hawney's Complete Measurer: or, the Whole Art of Measuring. Fifth Edition. Corrected and Improved by T. Keith. Baltimore: F. Lucas, Jr. 1813 (?). (Wm. Hawney; original was about 1717.)

Hilbert, David. Grundlagen der Geometrie, Stuttgart, Teubner, 1956.

Hilbert, David, & Ackermann, W. Grundzuge der theoretischen Logik. New York : Dover Publications, 1946.

Hirsch, Jr., E.D. The Schools We Need & Why We Don't Have Them. New York: Doubleday, 1996.

Hirsch, Jr. E.D. (Ed.) What your Second Grader Needs to Know: Fundamentals of a Good Second-Grade Education. New York: Dell Publishing Co., 1993. (Also Copyright 1991 by Core Knowledge; Cultural Literacy Foundation).

Knuth, D. E. The art of computer programming (2d ed.) Reading, Mass., Addison-Wesley Pub. Co. 1973.

Mayer, R.E., Sims, V. & Tajika, H. A comparison of how textbooks teach mathematical problem solving in Japan and the United States. American Educational Research Journal, 32, 443-460, 1995.

National Council of Teachers of Mathematics. Curriculum and Evaluation Standards for School Mathematics, Reston, VA: NCTM, 1989.

Pike, Nicholas. The New Complete System of Arithmetick, composed for the use of the citizens of the United States. Sixth Edition. Boston:

Sterry, Consider & John. The American Youth: Being a New and Complete Course of Introductory Mathematics: Designed for the Use of Private Students. Volume I. Providence: Bennett Wheeler, 1790.